A...
Johnny Depp es Jack Sparrow.
A un año.
Sin palabras.
Serenata sin ti, para ti.
¿¿¿Mímesis???
Tres lunas.
Noche de bodas.
Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas.
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario te tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo ni cuándo,
ni ciento volando ni ayer ni mañana.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentiras,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de ti el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
XXX Marcha LGBT.
"ALLÁ EN LOS BALCONES SE ESCONDEN MARICONES"
.
"TODOS LOS MIRONES TAMBIÉN SON MARICONES"
Arcano #1.
Las ciudades
Las ciudades
José Alfredo Jimènez.
Te vi llegar
y sentí la presencia
de un ser desconocido.
Te vi llegar
y sentí lo que nunca,
jamás, había sentido.
Te quise amar
y tu amor no era fuego, no era lumbre.
Las distancias apartan las ciudades,
las ciudades destruyen las costumbres.
Te quise amar
y pediste que nunca,
que nunca te olvidara.
Te dije adiós
y sentí de tu amor
otra vez la fuerza extraña
y mi alma completa
se me cubrió de hielo
y mi cuerpo entero
se me llenó de frío.
Y estuve a punto
de cambiar tu mundo,
de cambiar tu mundo,
por el mundo mío.
Te dije adiós
y pediste que nunca,
que nunca te olvidara.
Te dije adiós
y sentí de tu amor
otra vez la fuerza extaña
y mi alma completa
se me cubrió de hielo
y mi cuerpo entero
se me llenó de frìo.
Y estuve a punto
de cambiar tu mundo,
de cambiar tu mundo,
por el mundo...
por el mundo mío!
Por qué Chavela Vargas.
Reconozco que el primer acercamiento a Chavela no fue el mejor, pues, hasta hoy en dìa, lo sigo describiendo como el mayor de mis traumas artísticos (después contaré los otros dos). Era un domingo cuando yo caminaba por las calles del centro histórico, era tarde, tenía prisa, no pude detenerme a ver el espectáculo que se presentaba, sólo escuché una voz que mi memoria auditiva y musical no lograron reconocer y dije: es la voz de un hombre. Al día siguiente, en programas de espectáculos vi la reseña de la actuación de Chavela Vargas en el Zócalo capitalino.
Ha pasado mucho tiempo y éste sigue siendo mi trauma, es un error que no me he podido perdonar... sin embargo, no la conocía. Un amigo, la primera persona que me preguntó del por qué de mi gusto por Chavela, me consoló diciendo: "todo pasa en el momento preciso, no antes, ni después, a nadie le gusta cómo canta Chavela Vargas nadamás porque sí, nadie comprende lo que ella quiere decir si no has vivido algo interesante... y qué bueno que no la escuchaste ese día, porque hubieras terminado aborreciéndola" yo me reí mucho de lo que él me dijo, sin embargo, reconozco que por ella cambiaron mis gustos, me volví un nacionalista y entendí lo que es realmente interpretar una canción y se lo dije de esta manera: "Si no me gustara Chavela, tú y yo no estaríamos platicando ahorita, y yo estaría en primera fila en el concierto de RBD".
Desde ese día me he dedicado a comprar discos de ella, sólo he logrado reunir 23 discos diferentes de Chavelita.
Tierra.
Noche y día.
La sentencia.
La llorona.
Los mexicanos le hemos cantado a nuestros grandes amores: la vida, nuestra tierra, pero, sobre todo, a las mujeres.
Muchas mujeres han marcado nuestra historia como pueblo, a muchas les hemos cantado, pero un caso especial es aquella mujer, temida por muchos, la que ha sido convertida en una de las leyendas de espanto que más resuenan hasta nuestros días; la que algunos cuentan se aparece en las noches de luna llena, junto a los ríos; la que se apareció desnuda una noche en una boda en el Istmo de Tehuantepec; la que mató a sus hijos, por lo cual fue condenada a penar eternamente; o la diosa, la madre, la Cihuacóatl, la Diosa que llora porque su pueblo va a sufrir, va a ser destruido. A todas ellas que a la vez son una sola porque comparten una tradiciión, un canto, un nombre: LA LLORONA.
Todos me dicen el negro, llorona,
Pita.
Pita le escribió a Dios, la muerte, la angustia, su casa, su vida y su soledad... a la nada. Hermosa, apasionada y polémica, fue apadrinada poéticamente por Alfonso Reyes. Fue precursora de lo que después se llamaría liberación femenina, "no me dejo, como muchas mujeres mexicanas", decía Pita. Diego Rivera llegó a pintarla desnuda.
Entre las obras que publicó destacan los poemarios: Yo soy mi casa (1946), Puerta obstinada (1947), Círculo de angustia (1948), Polvo (1949), Décimas a Dios (1953), Sirviéndole a Dios, de hoguera (1958), Todos los siglos del mundo (1959), Soy dueña del universo (1984). Dentro del género narrativo destacan: Yo soy mi casa (1957) - incursionando con su primer texto ahora en prosa, y Galería de títeres (1959).
Pita Amor falleció un 9 de mayo en la Ciudad de Mèxico.
UNA BIENVENIDA.
Amiga de Frida Kahlo, Diego Rivera o Agustín Lara; lo mismo que de Joaquín Sabina y Pedro Almodóvar...
Chavela es recuperada para su público tras 15 años de vivir en el infierno, en una cárcel de amor, en un delirio de alcohol. Su alcoholismo lo vivió en la zona de Cuernavaca. Veinticinco años de su vida transcurrieron en un pueblo de Morelos, Ahuatepec, al cual le compuso el tema Noches de Ahuatepec.
"Yo saqué a la música mexicana de las cantinas y la glorifiqué" Nos enseñó a los mexicanos cómo debe ser cantada La llorona, la cual, en su voz, se convierte en una ceremonia, en un acto sagrado y místico.
Míticas son sus parrandas al lado de José Alfredo Jiménez, Álvaro Carrillo y Tomás Méndez, atrás quedaron, en el México, el suyo, el de esos años.