UNA BIENVENIDA.

Aquí es donde comienzo, tratar de expresar, decir, contar.

Y he decidido dedicar mi primer "escrito" a una mujer, un mito, la dueña de mi admiración desde hace ya varios años, fuente de inspiración y compañera durante tantas y tantas noches de insomnio, noches de espera. Su nombre es:
CHAVELA VARGAS

La dama de poncho rojo, pelo de plata y carne morena, como la bautizara Sabina es la más grande artista en edad y talento, el más grande de los mitos de la canción mexicana.
Isabel Vargas Lizano, su nombre real, nació el 17 de abril de 1919 en Heredia, Costa Rica, de donde huyó hacia Mèxico (con el que ya soñaba desde muy pequeña) cuando sólo tenía 14 años. Nació amando a México, "me sonaba a mágico... yo quería cantar como los mexicanos.." Sus primeros años en nuestro país transcurrieron lo mismo en una agencia de colocación, que en una tienda de ropa para niños y, por supuesto, en las cantinas, donde se empezó a escribir su historia y donde nació el mito, de la mano de otro grande: José Alfredo Jiménez. Éste último fue quien apadrinó su primera producción discográfica: Noche Bohemia, en 1961. Hoy en día es considerada la reina de la música mexicana, después de 50 años de trayectoria artística.

Única como su canto: desgarrador y apacible, crudo y romántico. Su voz incomparable, donde sólo nos puede recordar a la gran Lucha Reyes. Pocos son los artistas capaces de lograr transmitir a su público todo el dolor de una vida llena de excesos, gustos y dolores guardado en las cuerdas des su voz.

Amiga de Frida Kahlo, Diego Rivera o Agustín Lara; lo mismo que de Joaquín Sabina y Pedro Almodóvar...

Éste último fue quien logra, tras incluirla en el soundtrack de una de sus películas, que La Vargas provoque un boom en toda España, siendo así recuperada, no sólo para los escenarios, sino, para la vida misma.
Chavela es recuperada para su público tras 15 años de vivir en el infierno, en una cárcel de amor, en un delirio de alcohol. Su alcoholismo lo vivió en la zona de Cuernavaca. Veinticinco años de su vida transcurrieron en un pueblo de Morelos, Ahuatepec, al cual le compuso el tema Noches de Ahuatepec.
"Yo saqué a la música mexicana de las cantinas y la glorifiqué" Nos enseñó a los mexicanos cómo debe ser cantada La llorona, la cual, en su voz, se convierte en una ceremonia, en un acto sagrado y místico.

Míticas son sus parrandas al lado de José Alfredo Jiménez, Álvaro Carrillo y Tomás Méndez, atrás quedaron, en el México, el suyo, el de esos años.
Hoy, desde el año pasado, fue sorprendente encontrarnos ante una nueva producción discográfica de esta gran Señora: CUPAIMA, donde es acompañada de otro grande, Jorge Reyes.
De esta manera trato de expresar mi gran admiración por ella, sin escándalo ni presunción, sólo con cariño y admiración: "Gracias Chavela, Gracias México"
Posted on 5/16/2008 11:14:00 p. m. by RAÚL and filed under , | 1 Comments »