Jesús, yo confío en ti.
Por primera vez en el bolg escribiré algo que tiene un poco que ver con religión, pero más que tratar de hacer propaganda de una religión o tratar de convencer a alguien para que sea un mejor católico o sea parte de mi religión, lo siguiente lo transcribo sólo con la intención de compartir con ustedes algo que llegó a mis manos ayer y en verdad me dejó pensando todo el día. Han sido tiempos difíciles y hay ocasiones en las que uno cree que nada está saliendo bien y nuestra mente empieza a idear mil maneras para "arreglar" nuestra situación actual, sin embargo creo que equivocamos el camino y todo se va poniendo peor. En estas palabras encontré mucha paz y tranquilidad, así como un poco de esperanza, me hizo comprender que de alguna manera nunca estamos solos y que las cosas pasan por algo, ya más adelante todo se irá acomodando y las cosas se pondrán en el lugar que les corresponde.
A continuación transcribo de manera íntegra las palabras que ayer me encontré al reverso de una imagen del Señor de la Misericordia que alguien en la calle se tomó el tiempo y la molestia de regalarme, espero que si pasan por un momento nada fácil esto les pueda ser de ayuda, así como me ayudó a mí.
¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor. Cuando te abandones en mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra tus ojos del alma y dime con calma: Jesús, yo confío en ti.
Evita las preocupaciones y angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro.
Dime frecuentemente: Jesús, yo confío en ti. Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices Jesús, yo confío en ti, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo, YO TE AMO. Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía.
Continúa diciéndome a toda hora: Jesús, yo confío en ti. Necesito las manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles. Las fuerzas de la oscuridad quieren eso: agitarte, angustiarte, quitarte la paz. Confía sólo en mí, abandónate en mí. Así que no te preocupes, echa en mí todas tus angustias y duerme tranquilamente. Dime siempre: Jesús, yo confío en ti y verás grandes milagros. Te lo prometo por MI AMOR.
2 comentarios:
Cuando entregamos nuestras vidas a Dios, Él se encarga de llevar nuestras cargas, de pelear nuestras batallas, de quitar nuestros dolores, de sanar nuestras heridas... sin Él nada somos... con Él todo lo podemos, por medio de Él, porque es Dios quien nos fortalece... sólos caemos y caemos, Dios nos tiende la mano para levantarnos y llevarnos a caminar a su lado... GRACIAS POR COMPARTIR ESTO... BENDICIONES...
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