Quisiera en esta ocasión escribir el más bello de los post, sin embargo sé que me quedaré corto, pues la emoción me inunda y las palabras son torpes en su fluir.

Me limitaré a contar que por fin he podido conocer en persona a Chavela Vargas.

Hace muchos años, cuando yo vivía uno de los momentos más difíciles de mi vida, tal vez el primer momento difícil y estando yo en una depresión total llegó a mis oídos la música de Chavela, puedo decir que fue amor a primera oída. Durante todas esas noche me acompañaba una canción con la que lloré, con la que me identifiqué.

No puedo olvidar que antes de comprar un disco de Chavela, a ella la había visto en el Zócalo en 2001, a lo que después definí mi primer y mayor trauma artístico, pues no me quedé a escucharla, yo no sabía ni quién era. Una colección de 25 discos dan testimonio que es real mi admiración por esta mujer.

Isabel Vargas Lizano, Chavela Vargas, la artista, la cantante, la grande, la imponente, la chamana, la curandera, la leyenda negra, la borracha, la amiga de Frida, la parrandera, la compañera de José Alfredo, la lesbiana, la de voz desgarrada, la que estremece, la que ha sufrido, la que sigue sufriendo....

Chavela representa para mí la imagen del México añorado e imaginado, aquel México que me hubiera gustado conocer, cada una de esas Chavelas que parten y se desenvuelven de la primera me han ido acompañando a lo largo de todo éste tiempo en mi camino y en aquella pequeña muerte que tuve y en aquel renacer del cual ahora no voy a hablar, pero hace poco experimenté, ahí también estuvo ella, en esas noches, pisando la tierra que en algún momento fue testigo de su caminar, ya no diré más.

Chavela estuvo ahí cuando de repente las cosas cambiaron y empecé a ver la vida de otro color, ahí estuvo cuando apareció en mi vida... y yo cantaba.

Chavela ha sido mi amiga, mi compañera, mi confidente, mi paño de lágrimas. Con ella he pasado muchas noches llorando por alguien que se fue, con ella he reído cuando alguien más llegó y con ella volví a llorar cuando comprendí algo.

Es imposible hablar de ella, es imposible enumerar las canciones que ella me cantaba a lo largo de todas esas noches, todo lo que me contaba... eso es imposible... sólo quiero por un momento, un pequeño momento compartir la emoción que me produjo éste encuentro que durante años había perseguido.

Hoy, por fin, puedo decir que lo he logrado. Mi más grande sueño lo he cumplido. Ahora, un nuevo sueño, un nuevo anhelo hay en mi vida y sé que cuando lo logre, cuando lo intente y si no lo llego a lograr, sé muy bien que una vez más ahí estará CHAVELA VARGAS.