Sin un amor.
Dichosos aquellos que tienen con quién compartir éste día, a mí... a mí sólo me acompañan el mar y las noches de Acapulco.
Sólo he logrado a encontrar a una vieja conocida, aquella que alguien a quien un día amé me contó que es la misma en todos los lugares y que basta alguien enfermo de amores para percatarse de su presencia... la luna, mi luna, la eterna luna, la que me ha acompañado en otros tiempos y espacios y a decir verdad en Acapulco no es distinta.
Éste sólo es un año más para la colección, donde la situación ha sido constante en los últimos tiempos, estoy solo, SIN UN AMOR, ¿los motivos?... No lo sé...
Y tengo derecho a olvidar, pero su recuerdo ha dejado huellas innecesarias en mi cuerpo, huellas que duelen y son muy difíciles de borrar ¿y acaso a alguien le importa lo que yo he tenido que vivir? qué mas les da!
Y hay veces en que es una obligación mentir cuando se trata de mencionar tu nombre, una sonrisa en mi rostro, imaginar que es de alguien más de quien hablan y decir que ya no me dueles, jugar a mentir que soy feliz y que ya no te necesito y hasta les digo que ya te he perdonado.
Calla!!!! Es hora de los disfraces, la carne es lo que vale y no importa quién vaya debajo de las plumas y las lentejuelas, tal vez en esta ocasión tu traje de falsa vida pase desapercibido, tal vez, quizá, tu traje sea el adecuado... y mi pecado no es peor que el tuyo, yo no he mentido ni lastimado a nadie, yo no juego a enamorar vírgenes inocentes, yo no juego a burlar mártires inconstantes.
1 comentarios:
Que mejor compañía que el mar, la luna y las estrellas, que mejor compañía que tu soledad, aquella que nunca te falla, la que está contigo para acompañarte, pédir más sería muy ególatra de tu parte.
Dicen que en el mar la soledad es más sabrosa que compartir las tristezas es mejor que nada en la vida, lo demás lo cura el tiempo.
Atentamente
Mercedes.
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