Tu ausencia.

Un arranque de valentía fue el que me hizo decidir tu ausencia.

Ave María gratia plena...

Recuerdo que aquella noche escribí "nunca pensé que el Ave María pudiera resultar tan excitante, en una noche donde las estrellas comienzan a tener nombre".

Ay, qué bonito es volar a las doce de la noche
a las doce de la noche, ay, qué bonito es volar, ay mamá.
Subir y dejarse caer en los brazos de su hermano
en los brazos de su hermano que hasta quisiera besar, ay mamá.

Te quiero a las doce de la noche y te extraño siempre.

Condenados estamos a la que no fue y ya nunca será.

Nada.
Posted on 1/18/2012 10:01:00 p. m. by RAÚL and filed under | 0 Comments »

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