¿Qué me traerá el mes de febrero?
Era 19 de febrero, el reloj marcaba las seis de la tarde, hace ya algunos años, no quiero decir cuántos, pero nunca podré olvidar esa fecha.
Inocentemente llegué a un lugar en el que yo no sabía y ni siquiera imaginaba que iba a pasar los mejores momentos, los mejores meses de mi vida, los cuales con el tiempo se convirtieron en años.
Por primera vez en la vida me encontraba ante una de esas personas que tienen la extraña capacidad de estremecernos hasta lo más profundo de nuestro ser, por primera vez sentía lo que algunos llaman amor a primera vista. Sin embargo ni mi cuerpo ni mi mente alcanzaron a comprender aquel extraño sentimiento, el cual me era completamente ajeno, pues me enfrentaba a un ser tan desconocido como el efecto que me producía el sólo escuchar su voz.
Entre copa y copa se acaba mi vida,
llorando borracho tu pérfido amor,
nomás por tu culpa me hundí en la desgracia,
ni el cielo ni nadie se apiada de mí.
¿Cómo olvidar? ¿Cómo no acordarme que mientras Lila Downs cantaba esa canción, la mano de este extraño ser por fin se encontró con la mía? Me suplicaba cariño, me suplicaba protección, una simple y tímida caricia sobre mi mano bastó para definir que aquella extraña sensación que en mi cuerpo se produjo cuando nos conocimos no era otra cosa más que amor, el más bello, el más puro y el más real de los amores.
Las calles de esta ciudad están llenas de recuerdos y ellas me podrían ayudar a contar una bella historia de amor, aunque muy a mi pesar, el final no fue feliz.
Y tal vez se pueden preguntar el por qué cuento esto justamente ahora y el motivo es muy simple.
Hay ocasiones en que a mi mente le gusta jugar conmigo y me obliga de una manera inevitable a recordar hasta el más mínimo detalle de algo que ni yo mismo sabía que estaba guardado en el archivo secreto de mi memoria. Me he puesto a pensar y he llegado a la conclusión de que el mes de febrero es muy importante para mí, siempre llega lleno de sorpresas muy gratas y me lleva a conocer personas muy importantes, puedo hacer un paréntesis para decir que el cumpleaños de las dos personas que más he amado, las que curiosamente son las dos personas por las que más he llorado, cumplen años en febrero.
Ya pasó un año... Hace un año yo me encontraba en Acapulco disfrutando del sol, pero sobretodo de la paz y tranquilidad que siempre me regala estar frente al mar. Una llamada en mi celular marcaba el inicio de un nuevo capítulo en mi vida. Mi mejor amigo me invitaba a pasar unos días en Veracruz para disfrutar del Carnaval número 85 del Puerto... le prometí ir.
De Acapulco a Veracruz, era 17 de febrero cuando yo llegué al Puerto y empecé a disfrutar unos días llenos de calma a pesar del gran ajetreo que se vivía en Veracruz, y quien conozca el Carnaval sabe a lo que me refiero.
20 de febrero de 2009, ocho de la noche. Por segunda ocasión mi cuerpo recibió aquello que es como una descarga eléctrica que repercutió hasta en el más diminuto de mis nervios, todos mis sentidos se activaron y comenzaron a trabajar al máximo nivel de su potencia. Mis ojos recorrieron milímetro a milímetro cada parte de su cuerpo, mi nariz se esforzaba por dejarme embriagar con su aroma, mi boca comenzaba a salivar para preparar el encuentro y descubrir el sabor de su boca y de su cuerpo todo, mis oídos nuevamente escuchaban campanitas y mi piel, toda mi piel se erizó y sólo deseaba fundirse con aquella piel que despide un olor que me remite a la vereda tropical.
Esas noches de Carnaval, esas noches junto al mar, esas noches repletas de velas, esas noches atascadas de estrellas... todo eso y más me llevaron de la mano a enamorarme una vez más.
Nuevamente estamos en febrero. He decidido dar un giro en mi vida y ponerle punto final a uno de los capítulos más largos, el más bello, pero también el más doloroso de lo que parece es la interminable novela en que se convierte mi autobiografía. Es en el mes de febrero y a causa de que nuevamente viví el Carnaval, pero en esta ocasión en Tepoztlán, Morelos, que tengo la necesidad de sentirme vivo, de pelear por lo que quiero, por lo que sé me pertenece.
Quiero estar frente al mar, cerrar los ojos, respirar profundo, sentir la mano de alguien y seguir escribiendo aquello que comenzó esa noche, en ese pueblo con mar, donde me ofreció un concierto y sin darme cuenta su voz comenzó a dibujar un corazón en mi alma.
Todo lo anterior lo puedo resumir diciendo que las dos personas de las que recientemente me he enamorado y de las cuales aún estoy enamorado, las únicas dos personas que han logrado estremecerme y sacudirme con su sola presencia, a ambas personas las conocí durante un mes de febrero. Y sólo me queda agregar una coincidencia más: AMBAS PERSONAS ME HAN DEDICADO UN CONCIERTO.
4 comentarios:
Es increíble como una persona pueda hacerte sentir tantas cosas al mismo tiempo. Bien lo dijiste, entendí perfecto, porque hasta el más insignificante detalle hace que recuerdes a esa persona(un olor, una figura, un nombre), hace que te estremezcas y pierdas la tranquilidad en la que te encontrabas.
Gracias por compartir esto, sé que es muy importante para ti.
Muak
Hola Raúl. Si te gusta el teatro tenemos un humilde blog de lo que hacemos.Si te apetecepásate y opina, la puertas están abiertas. Un saludo.
Pues que decirte, aunque hay partes de tu vida que aun no tengo claro, creo suponerlas se que este mes es muy importante para ti por que ha marcado el espacio en el que pones cada pie, pero sobretodo ha marcado tu corazón, lo mejor de los meses es que pasan, lo mejor del tiempo es que no se detiene.. bueno si se detiene llenando de horas y minutos en tu mente mejor aún en tu corazón, eso es precisamente lo que se va a la vida eterna.
AT
Mer.
wow.... no lo leí en el mejor momento del día.... podría estar llorando, pro está bn k compartas tus más grandes alegrías. Ojalá sean más, como siempre inspirador, romántico y misterioso. Salu2
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