Ha llegado el momento de hacer un balance de lo que ha sido éste año que está a punto de terminar.

Sin lugar a dudas ha sido un año difícil, lleno de contrastes, conocí gente maravillosa, redescubrí a los amigos, viví aventuras diferentes y perdí cosas importantes y muy valiosas, encontré otras no menos importantes, pero lo principal es que me encontré a mí, ya sé quién soy.

Aprovecharé éste medio para agradecer a las personas que son importantes para mí, los que han estado a mi lado incondicionalmente y de antemano ofrezco una disculpa por si se me olvida alguien.

Gracias a todos aquellos que me han acompañado en todo éste tiempo, a lo largo de éste camino y que han sido testigos de mi vida, gracias a los que me han demostrado su apoyo incondicional y su cariño en los momentos más difíciles, gracias a los que han reído y llorado conmigo.

Mechita gracias por estar a mi lado, llevamos doce años y vamos por más, gracias por ser la amiga, la cómplice, la que me espera cuando llego con los ojos llenos de lágrimas, la que me ayuda a hacer mi maleta cuando estoy dispuesto a huir del mundo; gracias por ayudarme a tener los pies en la tierra y por ayudarme a soñar con un mundo imposible. Gracias por permitirme conocer gente tan padre como lo son tus amigos, ya los he adoptado como propios, gracias a Priss por sus consejos y empujones... Ah, y por supuesto, mil gracias por esa noche en tu casa.

Ana, gracias por escucharme en el momento que más lo necesité y gracias por saber darme un consejo como la gran mujer y la gran amiga que eres, gracias por ser la maestra que me enseñó a gritar y a reir cuando tenía lo que tú llamabas un bloqueo, gracias por confiar en mí y por estar presente día a día cuando estuve en Veracruz.

Alex, gracias por confiar en mí y por compartir una aventura conmigo, gracias por ser quien eres, gracias por tu "envidia".

Rosalba, gracias por llevarme a conocer el mundo del cine, ha sido una experiencia muy padre, gracias por tu confianza, por tu amistad.

Lorena, gracias por ser la amiga y maetra a lo largo de estos años, por los buenos momentos y gracias a los chavos por su interés y sus buenos deseos.

Omar, mi buen jarocho, gracias por escuchar, por ser esa persona tan maravillosa y por abrirme las puertas de tu casa y hasta por las cervezas, por los cigarros, por aquellas caminatas junto al mar y por las horas llorando a mi lado, ah, y por supuesto, gracias por aquel café en la paroquia, sólo tú sabes lo importante que era. Gracias a tu familia por haberme recibido durante todos esos días, a Farid por lavar los trastes y a tus paisanos por mojarme, por bailar, por reir y por curarme, por levantarme la autoestima y por hacerme sentir importante... por liberarme. Gracias Veracruz.

Gracias a ti por creer y confiar en mí, por los grandes e inolvidables momentos, por hacerme soñar, por enseñarme tantas y tantas cosas; para ti mi admiración, mi respeto y mi agradecimiento. Gracias por ser el compañero, mi todo. Gracias por el disco y las galletas. Pero, sobretodo, gracias por hacerme sentir tan mal, gracias a eso me ayudaste a descubrir lo que hay en mí y conocí a la gente que me rodea, conocí gente maravillosa. Gracias por hacerme llorar, gracias Salvador.

A todos los que lean esto mis mejores deseos para éste nuevo año que va a comenzar, nosotros, los que amamos, los que lloramos, a los que ya nos fueron robados nuestros sueños, nuestras noches, sólo podemos tratar de inventar un mundo diferente.

¿Te acuerdas de la primera vez que dije te quiero? Yo creo que no, porque ni yo mismo logré escuchar mi propia voz. Era un grito desesperado de algo que mi boca no lograba articular, de palabras que mi mente no lograba juntar.

Hoy no lloro. ¿Sabes? Estoy enamorado...

Siento miedo, ese mismo y ajeno miedo acompañado del delatador sismo, esos, aquellos que simbraron y abarcaron mi cuerpo la primera vez que te vi; porque ni yo sabía que en ese preciso momento comenzaba ya a amarte.

En ese entonces en mí reinaba la inmadurez y la soberbia, hoy no soy mejor, pero la humildad del amor y los golpes del dolor me logran sosegar.

Escucho una canción que nadie canta, una canción que nunca ha sido escrita, que no tiene principio ni destino; creo es la misma que había escuchado en algún lugar distante, ya no existente y tú... tú a mi lado. Y lo único que te pido, que te suplico, es que sientas un poco de miedo para que compartas lo que yo siento.

Te veo perfecta, torpe, no sé si distante...

Y te llamo como te llamé un día: mi diosa... A ti: musa y erinia, compañera tú de tantas y tantas noches. Creación y devastación que logran ser lo imperante en mi ser.

Historias son muchas las que se escriben sin tinta en mi mente y de nueva cuenta ahí estás y hasta en estas líneas me has de acompañar.

¿Lo vas a leer? No lo sé.

¿Esto te será entregado? Tal vez nunca.

Trato de inventarte de una manera diferente cada noche y no sé...

Mi cuerpo y mis labios te llaman, mi sexo te reclama y todo mi ser te ama.

Palabras pueden ser muchas y como una vez lo dije: lo mejor de todo es lo que no se ha dicho, lo que callamos y reclamamos como nuestro únicamente.

Te invito a observar un poco, el día que te atrevas a mirar el fondo de mi ser te vas a sorprender... El miedo es contagioso.