Ay mi México, cómo me dueles. (Marcha 7 de julio)
Ay mi México, cómo me dueles, cómo me has dolido a lo largo de estos últimos días, cómo me has dolido en esta última semana, cómo me duele ver día tras día lo que te han hecho.
Aclaro que yo no soy partidario de Obrador, no considero que sea lo mejor que tiene México, no creo que sea el redentor que llega a darnos la salvación eterna; pero tampoco me puedo cegar a lo que ha pasado durante estos últimos meses, Obrador no es quien perdió la elección, no es a quien le robaron la elección; perdió México, nos robaron a todos.
Y resulta que a lo largo de esta primer semana post-electoral me he puesto a reflexionar y he llegado a la única e irrefutable conclusión de que no existe mayor peligro para México que los mismos mexicanos.
Y no es descabellado esto que digo, basta con ponernos a revisar un poco la historia para que ella misma nos cuente de las veces que los mexicanos han traicionado a su patria, nos hablará de todos los ultrajes que sin remordimiento de conciencia le han hecho a nuestro México.
Tal vez nos cuente de aquella vez en que un grupo de hombres resentidos se unieron a los españoles para someter a su propia raza o de aquella otra ocasión en que un grupo de mexicanos mentirosos y ambiciosos llegaron con engaños a buscar a Maximiliano de Habsburgo para decirle que el pueblo mexicano lo llamaba a que nos gobernara... y qué decir de las innumerables ocasiones en que hombres siniestos, ambiciosos y sin escrúpulos se han sentado en la silla presidencial para exprimir al país, olvidándose que están ahí para servir al pueblo, no para servirse del él. O tal vez nos contaría uno de los capítulos más dolorosos de nuestro pueblo, nos hablaría de aquella tarde de octubre de 1968 cuando se derramó la sangre de miles de jóvenes cuyo único pecado era ser estudiante, cuyo gran pecado era desear un México mejor; y los asesinos, los que hicieron que se derramara esa sangre eran otros mexicanos que por cumplir una estúpida obediencia al presidente de la República traicionaron a su pueblo, a su juventud, a su patria.
Ay México, cómo me dueles. Hace algunos días veía una imagen que decía "Los mexicanos tendrán a un presidente muy parecido a ellos: jamás han leído un libro en su vida, son traicioneros y quieren una vida de telenovela". Cómo refutar eso???
Ahora los mexicanos hemos dado de qué hablar en el mundo entero, hemos decidido regresar a la dictadura perfecta, le hemos dado una nueva oportunidad a quien nos maltrató, a quien nos robó, al corrupto, al represor.
Pero creo que no todo está perdido, la historia también nos hablaría de momentos donde el pueblo se unió y entregó su vida para no quedarse callado. Por mi menta pasan nombres como Cuitláhuac, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Morelos, Villa o Zapata.
Definitivamente ahora la modernidad nos ha alcanzado, las curules adoptan la forma de carritos de súper, ahora las señoras hacen el súper mientras deciden el rumbo que debe tomar nuestro país, han vendido nuestra patria, nuestro futuro, por una mísera tarjeta que les permitirá comer una semana completa.
Y nuevamente el pueblo se ha unido para salir a las calles a gritar "si hay imposición, habrá revolución" y otros que dicen "apaga Televisa" ... ufff, cuánta gente, qué buenas fotos se consiguen, será que alguien nos va a escuchar, será que todo esto servirá de algo???
Ah, pero ahí vienen los juegos olímpicos, igual que en el 68, qué monada, y la gente que hoy salió a manifestarse serán los mismo que dentro de unas semanas se quedarán encerrados en sus casas para ver la inauguración de los juegos olímpicos "corran, todos pónganle al 2, al canal de las estrellas, los que tienen la mejor cobertura".... Ay mi México, cómo me dueles... será que nuevamente unos juegos olímpicos dormirán tu memoria unos cuarenta años más???