Qué bueno eres conmigo Veracruz.
Veracruz, son tus noches de luna las que me invitan a amar una vez más...
La historia comienza hace ya algunos años, cuando yo sólo tenía dos años... Recuerdos vagos que conservo con mucho cariño, resulta que a esa edad conocí el mar, me llevaron a Veracruz a conocer el mar, desde entonces lo empecé a amar.
Ese viaje quedó marcado para toda mi vida, pues es el último viaje que pude hacer en compañía de mi abuelo, Veracruz, Playa Mocambo, quedaron guardados para siempre en mi memoria.
Siempre regresé y siempre añoré el regreso, es innecesario relatar los demás viajes que hice al Puerto.
Mayo de 2008, por una de esas extrañas casualidades que nos tiene preparadas la vida, conocí a una persona muy especial, alguien que me cayó muy bien desde que me dijo que era jarocho, platicamos de Veracruz y nunca imaginé que sólo en un par de meses se convertiría en mi mejor amigo y una de las personas esenciales de mi vida.
Veracruz me recibió con los brazos abiertos una vez más en agosto de 2008, me regaló la paz y tranquilidad que tanto había estado buscando, en sus noches de luna logré sosegar mi alma, el mar se llevó mis lágrimas y el sonido de su marimba me recordó la belleza de la vida, su gente me enseñó a amar de nuevo y a ver la vida de una manera distinta y más relajada.
Ya han pasado más de dos años desde ese reencuentro con mi añorado Veracruz, son muchas las veces que he regresado, los jarochos me han adoptado como suyo y me han dado uno de los regalos más bellos, imposible describirlo aquí, pero aquellos que me conocen saben a lo que me refiero.
Gracias Veracruz por ser tan bueno conmigo, gracias por recibirme una y otra vez, por enseñarme a creer de nuevo en la gente, por inspirarme para seguir soñando y recordarme lo que es mirar a la luna, esas noches de luna, tus cielos estrellados como no se ven en ninguna otra parte del mundo... Veracruz, tierra bendita y tocada por la mano de Dios, qué bueno eres, qué noble eres, gracias por corresponder con tanto amor y hospitalidad a aquellos que llegamos a ti con humildad y los bolsillos llenos de sueños y esperanza. Qué bello eres Veracruz, mi amor eterno para ti.